Blog de economía contra la sabiduría convencional

domingo, 6 de diciembre de 2009

La independencia de los bancos centrales

Una noticia en El País ha despertado de nuevo el interés por un tema que ya me había llamado la atención hace tiempo, y no es otra que la sobrenaturalidad de los bancos centrales, al encontrarse fuera de los controles de los políticos.

La gente que no sabe de economía suele decir que es recomendable que las cosas sean así, que la economía quede fuera del alcance de los políticos. Esto puede ser por todos deseado, pero no nos engañemos, entraña ciertos riesgos.

Encomendar tareas económicas a tecnócratas tiene el problema de que sus decisiones pueden quedar demasiado desconectados de la opinión pública, fuera del alcance de los no-expertos. Los expertos monetarios se ven rodeados de un espectro de superioridad, al poder controlar países enteros manejando sus monedas. La misión de hacer la economía accesible a todo el mundo encuentra en la política monetaria un obstáculo insalvable.

Volviendo al artículo, nos encontramos con que cada vez son más numerosos los grupos de presión que se oponen al excesivo poder de la Reserva Federal Estadounidense (Fed). No hablamos sólo de la oposición al gobierno de Obama, los republicanos, sino que hay detractores en las propias filas demócratas. Sus detractores piensan que la Fed se está alejando de sus objetivos básicos, que son el control de la inflación y el empleo.

Estoy muy a favor de esta nueva corriente porque estas críticas resquebrajan otro dogma más en economía, y es la independencia de los bancos centrales. No todos los economistas están a favor de ella (un ejemplo aquí).

La puesta en cuestión de la independencia de la Fed en EEUU puede ponerse de moda y extenderse a los demás países, como la mayoría de las corrientes económicas. ¿Se cuestionará la independencia del BCE, que tiene en sus manos el futuro económico de 16 países? Probablemente toda la revuelta resulte ser humo, porque cuando las instituciones adquieren poder, difícilmente se les puede ya quitar.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Política sofisticada-monetaria

No seré yo el primero criticar el cometido del BCE. La preferencia de la política fiscal sobre la monetaria es un tema tan discutido como el papel que debe desempeñar el Sector Público en la economía. La estabilidad de precios parece ser objetivo insuficiente para una autoridad independiente que controla la moneda de 16 países (este año se ha incluido Eslovaquia). A diferencia de la simpleza de la política fiscal, la política monetaria se basa en la complejidad y la sofisticación que sólo parecen entender los que se dedican a ella. No diré que el trabajo de todos los economistas de ésta entidad es inútil, sino que las medidas monetarias no son tan poderosas como se dice.

La política monetaria se puede usar para reducir la inflación, o para estimular la economía.
  • Cuando la economía está a plena capacidad (no se puede aumentar la producción de las empresas sin aumentar sus plantas de producción) los aumentos de demanda llevan a subidas de precios. Para evitar que los precios se disparen, el BCE eleva los tipos de interés a los que presta a los bancos, por lo que los bancos también subirán el tipo de interés al que dan préstamos a las empresas. Ésto encarecerá sus inversiones, y reducirá su actividad.
  • En épocas como la actual, en las que los países de la eurozona ven como su PIB se reduce, el BCE decide bajar el tipo de interés al que los bancos le piden prestado. Por tanto, las entidades financieras podrán prestar a las empresas y consumidores a un tipo más barato. Éstos agentes (empresas y consumidores) podrán invertir y consumir, respectivamente, reactivando la economía.
Hay razones para decir que, tanto en una actuación como otra, las cosas no funcionan como era de esperar:
  • Cuando el BCE eleva los tipos de interés para enfriar la economía (nadie dirá que los economistas no tienen imaginación), elevará el coste de la financiación para todas las empresas. Mientras aquellas que operan con elevada competencia verán reducirse sus márgenes al encarecerse los préstamos, las que tienen poder de monopolio podrán trasladar el mayor coste de financiación a los precios, provocando aún más inflación.
  • Las bajadas de tipos de interés del BCE no han demostrado ninguna efectividad, ya que el crédito al consumo y empresas cae mes a mes. Esto es así, repito una vez más, porque el BCE presta a los bancos, y éstos pueden decidir si prestar o no. No voy a entrar en algo de lo que ya he hablado antes, lo que importa es que, aunque bajen los tipos de interés, la inversión no aumenta, y los consumidores no pueden pedir dinero prestado. Por tanto, la economía no se recupera, sino que la expansión monetaria puede provocar inflación en el futuro, volviendo al punto anterior, y entrando en un círculo monetario bastante peligroso.
Es necesario que el BCE siga controlando la inflación, pero quizá debería buscar otros objetivos, más encaminados al pleno empleo, el crecimiento, y un largo etcétera mejor que utilizar políticas que, como menos, son ambiguas.

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viernes, 6 de noviembre de 2009

Fin de la fiesta de la banca

A los bancos se les puede acabar el chollo pronto. El BCE mantiene los tipos al 1% pero quiere reducir los préstamos a largo plazo de los que se ha beneficiado la banca. Esto quizá sea porque la mayor liquidez que da la autoridad monetaria no se traslada a los consumidores y las empresas, usándola para tapar su morosidad. Prueba de ello este par de gráficas, obtenidas del Banco de España:

En economía, una imagen también vale más que mil palabras. Creo que quien vea esta gráfica no dirá que la congelación del crédito es cosa de risa, o que es mentira. La primera recoge las variaciones del crédito a las empresas, y la segunda la evolución del crédito al sector público. Quién es el favorecido queda claro.

Los directores generales dicen que esto no es porque no quieran dar préstamos, sino que se debe a que la gente no los pide. Esto suena poco creíble. Los bancos ahora mismo están actuando de forma contraria a como se supone que debe actuar el sistema financiero: canalizando el exceso de ahorro de unos agentes a otros con necesidades de financiación.

Lo que sí es seguro que las entidades financieras se han beneficiado (y mucho) de toda la pasta que les regalaba el BCE. Las "operaciones principales de financiación a largo plazo" (léase préstamo barato a los bancos) no han hecho nada más que crecer. Este dinero se supone que era para que las entidades volvieran a prestar. ¿Qué hacen con las ayudas del BCE? Recibir dinero barato del BCE y comprar deuda pública española. Con los importantes beneficios de estas operaciones, van tapando la morosidad derivada de la mala gestión de riesgos.

En la siguiente gráfica se pueden ver los millones de euros de inyecciones de liquidez que reciben los bancos. Ésta no tiene la gráfica bonita del Banco de España, aunque los datos provienen de ahi.

Ésta partida, la de los préstamos a largo plazo del BCE es la que Trichet quiere reducir, está claro por qué. Pero no por esto se le van a acabar las facilidades a las entidades. Que se reduzcan las partidas a largo plazo no quiere decir que se vayan a reducir también las de corto plazo, o menos aún, que se vayan a aumentar los tipos de interés. Para los bancos seguirá siendo fácil obtener dinero, aunque algo menos.


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viernes, 9 de octubre de 2009

¿Para cuando, señor Trichet?

Los líderes económicos de todos los países del mundo están pensando cuándo volverán a subir los tipos de interés. Desde el recorte de tipos que devolvió a la vida el sistema bancario (además de los rescates) la situación del sistema bancario se ha estabilizado, por lo que los economistas se preguntan cuándo volverán a subir.

La respuesta ha llegado este martes, al subir Australia los tipos de interés un cuarto de punto hasta el 3,25%, y Bernanke ha anunciado que llevará a cabo una corrección al alza de su política monetaria.Ha sido suficiente para que empiecen a atosigar a Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), sobre cuánto tiempo seguirán los tipos al 1%. Su contestación ha sido que no habrá movimientos de tipos hasta más o menos un año.

Aunque esto no es seguro. La subida de tipos se producirá cuando la inflación empiece a repuntar, y esto puede ser antes de un año. Y cuando esto ocurra, las economías rezagadas tendrán un problema, y entre ellas España.

Si ya de por sí la situación económica es delicada (con una morosidad creciente y dificultades para obtener crédito, el problema), podría verse empeorada con la subidade tipos. A los que no les va a hacer ni pizca de gracia son a los que tienen sus viviendas hipotecadas, a los que el alivio de un euribor bajo se les va a acabar (el jueves subió y hoy a vuelto a subir). Y entre otras cosas, va a empeorar la situación del mercado inmobiliario, reduciendo aún más la demanda en un mercado famélico.

Esperemos que EEUU deje de mirarse al ombligo, ya que sus actuaciones pueden afectar (como alguna vez han afectado) a muchos países del mundo. Lo que es bueno para su país puede no serlo para el resto, es más, no es bueno.

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