Blog de economía contra la sabiduría convencional

domingo, 24 de enero de 2010

Obama vuelve al ataque

Por primera vez desde la propuesta de la reforma sanitaria, Barack Obama hace algo valiente, entendido como arriesgado. Quiere gravar más al sector financiero para evitar que alcance los descomunales tamaños a los que estaban acostumbrados.

Medida interesante en esta reforma es que, los bancos que hayan recibido fondos de rescate no podrán poseer activos de riesgo, para así preservar el interés de sus depositantes. Se regulará su tamaño si se piensa que son peligrosas para el sistema.

Estas medidas más agresivas se conocen ya como "The Volcker Rule" refiriéndose al ex-presidente de la Fed, Paul Volcker, miembro del Consejo Asesor para la Recuperación Económica. Esta reforma se la ve como una reminiscencia de la ley "Glass Steagall", la que separaba a los bancos comerciales y de inversión. No se lleva a cabo una separación "de derecho", pero es posible que algunos bancos de depósito no crean conveniente seguir siendo bancos, por lo que pasen a ser entidades no bancarias "de hecho". Lo bueno de esta medida es que ya tiene el respaldo europeo.

Se le critica a esta medida por el hecho de que muchos de los bancos que dieron lugar a la crisis económica, no realizaban importantes inversiones, sino que los problemas llegaron por dar préstamos hipotecarios sin tener en cuenta los riesgos. Pero es un buen comienzo, o al menos lo veo yo así. Un objetivo fundamental es que así las ayudas y rescates a la banca se dedicarán a salvar entidades que se hayan dedicado a la financiación, y no al negocio de los activos de riesgo. Esto hará que las ayudas sean menos cuantiosas.

La bolsa lleva en caída libre varios días, las propuestas de Obama parecen ser malas para los mercados financieros mundiales, porque les hacen perder mucho dinero. ¿Acaso hay que hacer lo que diga la bolsa?


Aprovecho este post para decir que el blog puede estar inactivo una temporada por la época de exámenes. En cuanto finalice este periodo prometo volver con más y mejor. Un saludo.

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viernes, 18 de diciembre de 2009

"Es demagógico limitar los bonus de los banqueros"

Ésta era la opinión del premio Nobel de Economía Robert Lucas, en una entrevista del periódico Expansión, sobre las nuevas regulaciones que buscan reducir los bonus de los banqueros por todo el mundo.
Las represalias conta el sector financiero, que van desde el enfado de Obama con Wall Street, las propuestas de la UE en el G20 sobre la regulación de las primas bancarias, la supertasa británica a las primas bancarias, hasta las últimas noticias en torno a la regulación financiera, como las adaptaciones del Código de la CNMV a las recomendaciones de la UE y las propuestas de Barroso a favor de una "Tasta Tobin" están levantando ampollas entre los economistas liberales, y Lucas no es menos.
El Nobel afirma que estas medidas consegurán desincentivar la búsqueda de la riqueza, y ésto provocará una fuga de banqueros de la City. Además dice que no se pueden pagar los déficits aumentando los impuestos a los ricos. Esto es cierto. Los abultados déficits no pueden cubrirse con estos extraños impuestos, que pueden ser muy propensos a la evasión.
Hay gente que piensa que si se marchan los banqueros de los países europeos, pues mejor. ¿Se imagina alguien un mundo sin banqueros? ¿Cómo sería?
Más allá de la broma, hay que tener en cuenta que el sistema financiero es la correa de trasmisión entre el ahorro y la inversión productiva, y recalco productiva. Pienso que la regulación debería ir encaminada a que la banca se dedicase a financiar la economía real, que es para lo que se creó. Cuando los capitales de los inversionistas abandonan las inversiones productivas, la economía deja de funcionar correctamente. La historia lo demuestra. En la Gran Depresión, se produjo un importante auge bursátil, ya que las inversiones reales no encontraban rentabilidad. La crisis financiera japonesa se inició porque la bolsa y los mercados inmobiliarios atrayeron los capitales, por falta de rentabilidad de las inversiones productivas. Creo que son argumentos suficientes.
Desviar el tema de atención hacia las primas bancarias es errar en el problema. Si se incentivara a los bancos que realizaran inversiones productivas, y se penalizara a los que se dedicasen a las finanzas sofisticadas, crisis como las actuales no ocurrirían. Si realmente se implanta un impuesto a las transacciones financieras como decía la noticia de más arriba, el problema posiblemente se solucionaría.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Política sofisticada-monetaria

No seré yo el primero criticar el cometido del BCE. La preferencia de la política fiscal sobre la monetaria es un tema tan discutido como el papel que debe desempeñar el Sector Público en la economía. La estabilidad de precios parece ser objetivo insuficiente para una autoridad independiente que controla la moneda de 16 países (este año se ha incluido Eslovaquia). A diferencia de la simpleza de la política fiscal, la política monetaria se basa en la complejidad y la sofisticación que sólo parecen entender los que se dedican a ella. No diré que el trabajo de todos los economistas de ésta entidad es inútil, sino que las medidas monetarias no son tan poderosas como se dice.

La política monetaria se puede usar para reducir la inflación, o para estimular la economía.
  • Cuando la economía está a plena capacidad (no se puede aumentar la producción de las empresas sin aumentar sus plantas de producción) los aumentos de demanda llevan a subidas de precios. Para evitar que los precios se disparen, el BCE eleva los tipos de interés a los que presta a los bancos, por lo que los bancos también subirán el tipo de interés al que dan préstamos a las empresas. Ésto encarecerá sus inversiones, y reducirá su actividad.
  • En épocas como la actual, en las que los países de la eurozona ven como su PIB se reduce, el BCE decide bajar el tipo de interés al que los bancos le piden prestado. Por tanto, las entidades financieras podrán prestar a las empresas y consumidores a un tipo más barato. Éstos agentes (empresas y consumidores) podrán invertir y consumir, respectivamente, reactivando la economía.
Hay razones para decir que, tanto en una actuación como otra, las cosas no funcionan como era de esperar:
  • Cuando el BCE eleva los tipos de interés para enfriar la economía (nadie dirá que los economistas no tienen imaginación), elevará el coste de la financiación para todas las empresas. Mientras aquellas que operan con elevada competencia verán reducirse sus márgenes al encarecerse los préstamos, las que tienen poder de monopolio podrán trasladar el mayor coste de financiación a los precios, provocando aún más inflación.
  • Las bajadas de tipos de interés del BCE no han demostrado ninguna efectividad, ya que el crédito al consumo y empresas cae mes a mes. Esto es así, repito una vez más, porque el BCE presta a los bancos, y éstos pueden decidir si prestar o no. No voy a entrar en algo de lo que ya he hablado antes, lo que importa es que, aunque bajen los tipos de interés, la inversión no aumenta, y los consumidores no pueden pedir dinero prestado. Por tanto, la economía no se recupera, sino que la expansión monetaria puede provocar inflación en el futuro, volviendo al punto anterior, y entrando en un círculo monetario bastante peligroso.
Es necesario que el BCE siga controlando la inflación, pero quizá debería buscar otros objetivos, más encaminados al pleno empleo, el crecimiento, y un largo etcétera mejor que utilizar políticas que, como menos, son ambiguas.

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viernes, 6 de noviembre de 2009

Fin de la fiesta de la banca

A los bancos se les puede acabar el chollo pronto. El BCE mantiene los tipos al 1% pero quiere reducir los préstamos a largo plazo de los que se ha beneficiado la banca. Esto quizá sea porque la mayor liquidez que da la autoridad monetaria no se traslada a los consumidores y las empresas, usándola para tapar su morosidad. Prueba de ello este par de gráficas, obtenidas del Banco de España:

En economía, una imagen también vale más que mil palabras. Creo que quien vea esta gráfica no dirá que la congelación del crédito es cosa de risa, o que es mentira. La primera recoge las variaciones del crédito a las empresas, y la segunda la evolución del crédito al sector público. Quién es el favorecido queda claro.

Los directores generales dicen que esto no es porque no quieran dar préstamos, sino que se debe a que la gente no los pide. Esto suena poco creíble. Los bancos ahora mismo están actuando de forma contraria a como se supone que debe actuar el sistema financiero: canalizando el exceso de ahorro de unos agentes a otros con necesidades de financiación.

Lo que sí es seguro que las entidades financieras se han beneficiado (y mucho) de toda la pasta que les regalaba el BCE. Las "operaciones principales de financiación a largo plazo" (léase préstamo barato a los bancos) no han hecho nada más que crecer. Este dinero se supone que era para que las entidades volvieran a prestar. ¿Qué hacen con las ayudas del BCE? Recibir dinero barato del BCE y comprar deuda pública española. Con los importantes beneficios de estas operaciones, van tapando la morosidad derivada de la mala gestión de riesgos.

En la siguiente gráfica se pueden ver los millones de euros de inyecciones de liquidez que reciben los bancos. Ésta no tiene la gráfica bonita del Banco de España, aunque los datos provienen de ahi.

Ésta partida, la de los préstamos a largo plazo del BCE es la que Trichet quiere reducir, está claro por qué. Pero no por esto se le van a acabar las facilidades a las entidades. Que se reduzcan las partidas a largo plazo no quiere decir que se vayan a reducir también las de corto plazo, o menos aún, que se vayan a aumentar los tipos de interés. Para los bancos seguirá siendo fácil obtener dinero, aunque algo menos.


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viernes, 30 de octubre de 2009

Cabreados con el sistema financiero

Hace ya más de un año que ocurrió la hecatombe. La administración Bush deja caer al banco Lehman Brothers, ya sea como ejemplo, o porque no tenía idea de le podía pasar. Dos días más tarde, el 17 de septiembre de 2008, EEUU nacionaliza a la aseguradora AIG. ¿Cómo una entidad si y otra no? ¿Con una bastaba el ejemplo? ¿O el pánico que desató la primera hizo imposible dejar caer a la segunda? De todas formas, este rescate costó la nada despreciable cifra de 55000 millones de dólares pagados por el contribuyente.

La derogación a finales de 1999 de la ley Glass-Steagall (promulgada en 1933 por Roosevelt) permitió que la banca de inversión (a la que acuden las empresas a emitir acciones, donde los inversores van a hacerse un fondo de inversión, etc) y la banca comercial (la de préstamos) volvieran a unirse.

Con este procedimiento se hizo más peligroso hacer caer un banco, por una sencilla razón: eran más grandes. Si las actividades arriesgadas de las empresas hubiesen afectado tan sólo a la banca de inversión... habrían quebrado empresas y alguna gente habría ido al paro, pero hubiese sido soportable. Lo que no es de recibo es que las especulaciones de unos directivos volatilizaran los ahorros de miles de personas, eso si es demasiado. El ex-presidente de la Fed Paul Volcker ha pedido que esta ley vuelva. Aunque no nos cebemos tanto con EEUU, ya que en muchas partes del mundo la banca no se fusionó, porque nunca estuvo unida.

Quiero declarar que yo respaldaría cualquier rescate bancario (si es que sirve de algo mi opinión). El problema es único y grave: los rescates bancarios los paga el contribuyente, no nos engañemos, pero cuando el sector bancario obtiene beneficios éstos no son devueltos a las arcas públicas, los beneficios se los reparten los directivos. En este caso la negrita representa indignación y enfado.

Un caso: Como ya se ha dicho, AIG fue nacionalizada (adquirir el 80% de los valores de la empresa es el eufemismo de nacionalizar) el 17 de septiembre de 2008, y el 15 de marzo de 2009, los directivos se reparten 165 millones de dólares pagados por el país de la economía libre, qué ironía. En este caso por lo menos hubo escarmiento. El Tesoro estadounidense dijo a AIG que si querían más ayudas, deberían devolver las primas. Nueve de los diez directivos así lo hicieron.

Otro caso peor todavía: Royal Bank of Scotland (RBS para los amigos), en octubre de 2008, recibió 25000 millones de dólares en forma de rescate financiero. Y ahora se ha propuesto pagar a sus directivos primas más gordas que antes de la crisis. Los directivos presionan al gobierno británico para que aprueben las primas, ya que tiene el 70% del cotarro, y amenazan con que si no aprueban, se producirá una fuga de talentos (dicen que ganarían más dinero en otros países). Hasta qué punto puede ser perversa la actitud de estas entidades, además de que siguen a flote gracias a las ayudas, necesitan pagar bien a los directivos que demostraron una enorme "visión" del riesgo, la visión de que les dieron tortas por todos lados.

Creo que es bastante razonable que si los gobiernos se hacen cargo de las entidades, podrían encargarse de dar créditos, ya que la sequía del crédito se hace cada vez más patente a pesar de los beneficios de los bancos. Es lo económico y moralmente correcto.

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