Blog de economía contra la sabiduría convencional

jueves, 31 de diciembre de 2009

Propuestas contra la crisis de FEDEA

Continuando con el magnífico trabajo de investigación que desarrolla la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), han elaborado un e-book donde recogen las propuestas los más prestigiosos economistas españoles para salir de la crisis.

El libro se llama La Crisis de la Economía Española, Lecciones y Propuestas. Está compuesto por artículos escritos por profesores de la talla de Michele Boldrín, Antonio Cabrales o Jesús Fernández-Villaverde, por nombrar algunos. Los temas tratados son, entre otros, las instituciones financieras, el sector inmobiliaro, infraestructuras, reforma laboral, inmigración y cambio climático.

El e-book se puede descargar completo aquí, o los artículos sueltos en esta página.

Algunas de sus propuestas son ya conocidas por la repercusión que han tenido en las noticias, como la eliminación de la VPO o la creación de un contrato laboral único, y muchas veces han sido desprestigiadas por los medios sin un conocimiento profundo de ellas, y llevando a cabo una manipulación de la información.

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viernes, 6 de noviembre de 2009

Reformas del mercado laboral

Continuando con estos posts sobre las reformas que los economistas consideran necesarias para salir de la crisis, vamos a tratar una de las más relevantes y (a la vez) en las que menos consenso existe. Se trata ni más ni menos de la reforma del mercado laboral. Cuando se habla de ella se alude a los mismos orígenes de la economía. Los economistas clásicos decían que el salario de un trabajador era flexible tanto al alza como a la baja. Esto quería decir que si durante un auge éstos empleados trabajaban mucho, aumentarían su salario en la misma cuantía que su productividad (lo que produce un trabajador por hora) , y cuando la demanda se reduzca por una crisis, los trabajadores reducirán su salario de forma que no sea necesario perder el empleo.

Como esto no se lo cree nadie, en la actualidad las cosas no son así. En los salarios ahora se negocian entre las empresas y los representantes de los trabajadores (sindicatos), y suelen ser a nivel nacional y por varios años. En otras ocasiones se suelen actualizar al alza por la inflación (indiciados). Por esto se dice que el mercado laboral español es muy rígido.

Un poder de negociación fuerte es beneficioso para los trabajadores, que tienen unos salarios estables y al alza que mantienen su poder adquisitivo y reduciendo o no aumentando las desigualdades de clases, lo que lleva a un clima de confianza. Sin embargo, este poder puede ser un arma de doble filo que dirijan los sindicatos al cuello de los trabajadores sin percatarse.

El problema de una negociación fuerte es que, si el empresario tiene que pagar un salario muy elevado a los trabajadores, quizá no le convenga contratarles, y opte por que los que estén ya contratados suplan el trabajo de los otros con horas extras, o simplemente producirá menos, entrando en un estado de hibernación. En determinadas circunstancias unos salarios altos provocan más paro.

En España se han buscado medidas alternativas evitando tocar la rigidez laboral, a través de estímulos fiscales que devolvieran el consumo de las familias a la normalidad. Estas prácticas no han dado el resultado previsto. El peligro que supone para las arcas públicas un aumento de las partidas del desempleo puede ser nefasto. Si se reduce el desempleo no tiene por qué reducirse el gasto, ese dinero puede ir destinado a políticas redistributivas que hagan más equitativa la sociedad. La solución al desempleo se está retrasando, ¿por qué? cuando no quede margen para los estímulos fiscales, la reforma será ineludible.

Los estímulos fiscales tienen los días contados. España no para de recibir toques de atención por parte del BCE, para que no se olvide de que está sujeta a normas fiscales (sean o no válidas, pero debe de acatarlas si quiere estar en el euro).

No nos quedemos solo en lo malo, si la gente protesta por la flexibilidad laboral, por algo será. Esta reforma, si se orienta a una reducción del poder de los sindicatos, significaría pérdida de años de lucha de los trabajadores por un salario digno y una posición laboral estable. Quién le dice a un trabajador al que van despedir, pero que no se preocupe, que es por el bien de la economía.

Quiero terminar diciendo que la reforma laboral no tiene por qué significar el despido libre, como dicen los sindicatos, sino que puede ser a través de un salario que evolucione al mismo porcentaje que el del colectivo de los funcionarios. Así serían aumentos muy leves, pero que no supondrían bajadas de salarios, o las subidas poco coherentes que plantean los sindicatos. Tampoco sería válida la propuesta de la Confederación de Empresarios (CEOE) de rebajar las cotizaciones sociales, ya que son las que sostienen el sistema de pensiones español, y las perspectivas de éste a largo plazo no son para tirar cohetes. La no sostenibilidad de las pensiones se hace una realidad cada vez más patente, y no se puede eliminar su fuente de recursos.

Hay que tener en cuenta que existen muchos intereses creados, y no se puede hacer mucho caso ni a los sindicatos ni a las patronales. Ninguno de los dos colectivos tienen incentivos directos a que se solucione el problema, porque a quien realmente afecta son a los trabajadores.

Aunque no se puede hacer mucho caso a lo que dicen unos ni

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viernes, 30 de octubre de 2009

Propuestas loables que no se las llevará el aire

La razón de ser de este post proviene de que determinados profesores míos, o economistas citados en los medios de comunicación, proponen medidas sobre cómo orientar la economía, o como medidas intermedias que faciliten la recuperación. Procurando realizar una tarea recopiladora, intentaré que las mismas queden recogidas en el blog, y que quede constancia de las mismas.

La primera de ellas es quizá la más radical. Propuesta por un Catedrático de economía aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha, Enrique Viaña Remis, consiste básicamente en monetizar el déficit. ¿Que es ésto? En que el gobierno le de caña a la máquina de los billetes, y con los cuartos paga lo que debe. Si esto se hace para pagar un café pues bién, pero si se hace para compensar el déficit del Estado previsto para fin de 2009, un 10% del PIB (unos 100.000 millones de €) provocará inflación.

Primer problema: La "máquina" de los billetes no está en España (no es necesaria una máquina para hacer dinero, sino un ordenador que haga una trasferencia). La tiene el Banco Central Europeo (BCE para los amigos). Y no parece estar en sus planes provocar inflación, más bien todo lo contrario.

Segundo problema: El objetivo único y prioritario del BCE es que la inflación no supere la tasa anual del 2%. Con países como Alemania en la UE (donde hubo tanta inflación que los billetes eran más baratos que el papel pintado) parece difícil que esto cambie.

Ventajas: Eliminaría de un plumazo el problema de la deflación. Si hoy vale una televisión 500€ y el año que viene puede valer 600, más te vale comprarla ahora (que tenga TDT incluida, fullHD y cuarto de baño). Y este pensamiento podría darse con todos los bienes y servicios. Es lo que se llaman las expectativas inflacionistas. La recuperación del consumo animaría a las empresas a salir de su estado de hibernación, aumentarían la producción, contratarían más personal y reducirían el paro.


La segunda propuesta proviene del dr. José Sánchez Campillo, de la Universidad de Granada. Ésta se dirige al mercado de la vivienda. Dado el elevado número de inmuebles que tienen ahora mismo los bancos y las promotoras criando polvo, una opción razonable sería que éstas se pusieran en alquiler por dichas sociedades, o por el propio Estado, al no tener las últimas mucho interés. El gobierno pagaría a los bancos por el servicio de usar las viviendas ( no la propiedad) y éste las prestaría a los ciudadanos. El Estado se beneficiaría de esta operación, lo que serviría para mejorar los ingresos.

Las ventajas son claras: podría activar un mercado de la vivienda de alquiler que tiene poca vida en España, y facilitar el acceso a una vivienda a muchas personas. Como inconveniente podríamos señalar que la situación económica del gobierno no permitiría llevar a cabo este plan a gran escala, además sería necesaria una mejora en la legislación de los arrendamientos, acortando trámites de deshaucio, algo con lo que el gobierno parece haberse puesto las pilas.

Estas propuestas y las siguientes que escribiré aparecerán bajo la etiqueta "propuestas contra la crisis".


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