Blog de economía contra la sabiduría convencional

viernes, 30 de octubre de 2009

Propuestas loables que no se las llevará el aire

La razón de ser de este post proviene de que determinados profesores míos, o economistas citados en los medios de comunicación, proponen medidas sobre cómo orientar la economía, o como medidas intermedias que faciliten la recuperación. Procurando realizar una tarea recopiladora, intentaré que las mismas queden recogidas en el blog, y que quede constancia de las mismas.

La primera de ellas es quizá la más radical. Propuesta por un Catedrático de economía aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha, Enrique Viaña Remis, consiste básicamente en monetizar el déficit. ¿Que es ésto? En que el gobierno le de caña a la máquina de los billetes, y con los cuartos paga lo que debe. Si esto se hace para pagar un café pues bién, pero si se hace para compensar el déficit del Estado previsto para fin de 2009, un 10% del PIB (unos 100.000 millones de €) provocará inflación.

Primer problema: La "máquina" de los billetes no está en España (no es necesaria una máquina para hacer dinero, sino un ordenador que haga una trasferencia). La tiene el Banco Central Europeo (BCE para los amigos). Y no parece estar en sus planes provocar inflación, más bien todo lo contrario.

Segundo problema: El objetivo único y prioritario del BCE es que la inflación no supere la tasa anual del 2%. Con países como Alemania en la UE (donde hubo tanta inflación que los billetes eran más baratos que el papel pintado) parece difícil que esto cambie.

Ventajas: Eliminaría de un plumazo el problema de la deflación. Si hoy vale una televisión 500€ y el año que viene puede valer 600, más te vale comprarla ahora (que tenga TDT incluida, fullHD y cuarto de baño). Y este pensamiento podría darse con todos los bienes y servicios. Es lo que se llaman las expectativas inflacionistas. La recuperación del consumo animaría a las empresas a salir de su estado de hibernación, aumentarían la producción, contratarían más personal y reducirían el paro.


La segunda propuesta proviene del dr. José Sánchez Campillo, de la Universidad de Granada. Ésta se dirige al mercado de la vivienda. Dado el elevado número de inmuebles que tienen ahora mismo los bancos y las promotoras criando polvo, una opción razonable sería que éstas se pusieran en alquiler por dichas sociedades, o por el propio Estado, al no tener las últimas mucho interés. El gobierno pagaría a los bancos por el servicio de usar las viviendas ( no la propiedad) y éste las prestaría a los ciudadanos. El Estado se beneficiaría de esta operación, lo que serviría para mejorar los ingresos.

Las ventajas son claras: podría activar un mercado de la vivienda de alquiler que tiene poca vida en España, y facilitar el acceso a una vivienda a muchas personas. Como inconveniente podríamos señalar que la situación económica del gobierno no permitiría llevar a cabo este plan a gran escala, además sería necesaria una mejora en la legislación de los arrendamientos, acortando trámites de deshaucio, algo con lo que el gobierno parece haberse puesto las pilas.

Estas propuestas y las siguientes que escribiré aparecerán bajo la etiqueta "propuestas contra la crisis".


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1 comentarios:

Blogger Enrique Viaña Remis ha dicho...

Pese al tiempo transcurrido desde que se publicó la entrada “Propuestas loables que no se las llevará el aire”, el asunto sigue tan de actualidad que merece que ahora yo escriba un comentario, siquiera breve.

En primer lugar, es muy de agradecer que las ideas que uno intenta defender por razones de interés nacional encuentren el eco que las mías han hallado en Tinta en llamas… Debo añadir que en los dos últimos meses las expectativas vuelven a ser tan deflacionistas como hace un año, tras haberse intentado un cambio de las mismas a inflacionistas (como consecuencia del impulso fiscal del gobierno, contenido en el Plan E y otras medidas de ayuda, por ejemplo, las subvenciones al automóvil) entre abril y diciembre de 2009.

Una parte de “Propuestas loables…” está dedicada a la viabilidad política de la monetización del déficit. Lo ideal sería reformar el Tratado de Maastricht, introduciendo un título que regule la actuación del BCE en situaciones como la presente, en que el mayor riesgo es la deflación. Como semejante reforma se puede demorar todavía algún tiempo (debido, sobre todo, como bien se señala en “Propuestas loables…” al trauma alemán durante su gran inflación de los años veinte del siglo pasado), el Pacto de Estabilidad y Crecimiento – que exige reconducir el déficit público al 3 por ciento – debe suspenderse y sustituirse temporalmente por un Pacto de Crecimiento y Empleo, que contemple déficits públicos (en función del desempleo) de hasta el 30 por ciento del PIB, si llega a ser necesario, así como la convocatoria por el BCE de operaciones estructurales de financiación a largo y muy largo plazo para adquirir deuda, amortizable una vez superada la crisis y al tipo de interés de las operaciones principales de financiación (hoy, 1% anual). Estas medidas están previstas en la caja de herramientas del BCE. Lo único que hace falta es que se decida a utilizarlas.

La pregunta realmente interesante es: ¿y qué hacer si nos encontramos con la cerrada oposición del BCE a cualquier monetización del déficit? La respuesta es que la economía española tendrá que encontrar sus propios medios de pago, suplementarios del dinero emitido por el BCE. Prueba de la necesidad objetiva de esos medios es la restricción crediticia, que ninguna medida ha sido capaz de paliar hasta la fecha.

Un saludo muy cordial

Enrique Viaña Remis
Catedrático de Economía Aplicada
Universidad de Castilla-La Mancha
13971 Ciudad Real
enrique.viana@uclm.es
http://purgatorioeconomico.blogspot.com

2 de marzo de 2010, 1:13

 

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