Blog de economía contra la sabiduría convencional

lunes, 27 de julio de 2009

Recuperación incompleta

Por fin se puede decir que las cosas "parecen" ir mejor. Esto se debe, entre otros motivos, a la moderación de la caída del comercio, y a la mejora de las predicciones sobre el crecimiento para 2010, durante el cual, se supone que comenzará la recuperación a nivel global. En las siguientes imagenes se pueden ver las tasas de crecimiento esperadas para finales de 2009 y 2010 del PIB, y las tasas de crecimiento del comercio. En cuanto a éste último indicador, no es que los resultados den para mucho, se siguen dando caídas en torno al 20% de las exportaciones, la buena noticia es que al parecer hay un cambio de tendencia y las caídas no serán mayores.




Sin embargo, el problema es que esta recuperación se apoya en frágiles e insostenibles columnas.
Aunque las políticas de gasto público han sido muy beneficiosas y han desempeñado un papel fundamental en moderar la cuesta abajo, son insostenibles. La mayoría de los países desarrollados que han emprendido políticas anticíclicas (léase keynesianas) han visto disparar sus déficits fiscales hasta niveles bastante alarmantes, que en algún momento habrá que intentar compensar. La cuestión es si se mantendrán hasta que la economía vuelva a flote, o se retiren antes de lo debido y se produzca otra caída. No es que despues de la crisis el Estado deba perder su papel en la economía, al contrario, debería implicarse más en los mercados financieros y debe mantener los seguros sociales, el problema es que tales niveles de gasto no se pueden mantener sin que los dirigentes se endeuden más, o sin que "se suban al helicóptero" (impriman más dinero) y provoquen inflación. Una forma de rentabilizar estos gastos sería que los rescates bancarios se hicieran a cambio de cierto control estatal en las entidades.

La recuperación en sí no plantea dudas (tarde o temprano llegará), en lo que sí hay controversia es en la forma que tendrá esta recuperación. Ésta puede ser "en forma de V" (tocar fondo e iniciar una recuperación), o lo "en forma de W" (expresión que se está poniendo muy de moda). En éste último estaríamos en una situación que los economistas (entre ellos Roubini) ya han barajado, y significa que comienza la recuperación, para volver a caer. Esto quiere decir que no servirá de nada "tocar fondo", porque la caída comenzará de nuevo, y nos volveremos a preguntar dónde estará el fondo. Y si somos más pesimistas, podría haber no sólo una W, sino varias, una larga senda de estancamiento que no muestre señales de recuperación. Ejemplo de tortuosa recuperación tenemos el caso de Japón, que es lo que podría ocurrir si se retirara el gasto antes de tiempo.

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martes, 21 de julio de 2009

Nuevos brotes verdes

El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, ha vuelto a decir que la economía estadounidense está mostrando signos de recuperación. (Texto completo aquí ). Estas declaraciones, según señalan se basan en que “las mejoras en los mercados financieros han ayudado a las perspectivas económicas”. El problema más persistente según sus declaraciones será el paro, que no remitirá hasta 2011.

Un punto importante es que se está buscando el momento más apropiado para ir reduciendo los estímulos, por un lado por el riesgo de que tales acciones traigan inflación en el futuro, y porque es necesario equilibrar las cuentas del Estado (“...aunque se han dado importantes pasos para hacer frente a la recesión y a las amenazas a la estabilidad financiera, para mantener la confianza en las finanzas públicas y mercados financieros es necesario que los políticos empiecen a planear la restauración del equilibrio de las cuentas públicas”). Bernanke, doctor en economía por el MIT y conocedor de la historia económica, sabe que este punto es bastante delicado, y es de suponer que esta medida se llevará a cabo de forma progresiva, ya que cuando el New Deal (plan de estímulo económico estadounidense para salir de la Gran Depresión) se vio restringido para reducir el déficit público, se produjo una recesión.

También se menciona la idea más común y punto de reforma más importante extraído de la actual situación, la reforma del sistema financiero. “Una lección clara de la actual agitación financiera es que necesitamos hacer que nuestro sistema de supervisión y regulación financiera sea más efectivo, tanto en EEUU como en el extranjero”. Lo cierto es que esta idea es bastante polémica, y objeto de discusión entre economistas keynesianos y liberales. Tal y como ocurrió en la Gran Depresión de los años 30, se llevaron a cabo medidas de regulación financiera, que fueron útiles para evitar la especulación dañina para la economía, la vuelta a las “banca aburrida”, tal y como menciona Paul Krugman.

Aunque si esto no sirviera para frenar la especulación, al menos calmaría los ánimos de muchos economistas y personas que buscan responsables de esta crisis, y que no quieren que los mayores culpables de la misma sigan enriqueciéndose; no del mercado, sino de las ayudas estatales. Aunque sólo sea por venganza.

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viernes, 17 de julio de 2009

Artículo destacado

En el siguiente artículo extraído de El País se habla sobre la regulación financiera y de opiniones generalizadas por gran parte de economistas. Podéis leerlo aquí.

Se habla de que no es tan visible la eficiencia en los mercados financieros libres, no generan el bienestar social, y que existen numerosos fallos de mercado. Fin del liberalismo y vuelta al keynesianismo, otra vez.

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martes, 14 de julio de 2009

Augurios de estanflación

Cuando hay nuevos temas sobre los que escribir, como es el caso de la actual crisis económica, los economistas, financieros y periodistas empiezan a rebuscar en Google antiguas crisis económicas y con ello pretenden explicar la actual, de forma dogmática y monotemática. Uno de los augurios que ha tardado más en aparecer (quizá porque en la actualidad parece contrario a lo que señalan los indicadores económicos), es el fenómeno de la estanflación. Traducción literal del término inglés stagflation, fruto de concatenar las palabras estancamiento e inflación.

Pues bien, si seguimos mínimamente los medios puede que nos choque esta idea, cuesta pensar que en la actualidad se de un fenómeno inflacionista, cuando los índices de precios en los países desarrollados no hacen nada más que caer. Sin embargo, George Soros señala que habrá estanflación (leer más). El "gurú" de los mercados, más bien un especulador, ha obtenido una importante fama criticando el capitalismo salvaje y la globalización que le permitió enriquecerse, ahora se dedica a hablar sobre la crisis actual en medios de comunicación de todo el mundo. También se declara en contra de una mayor regulación financiera.

El escenario económico actual es diferente al que se daba por ejemplo, en EEUU. En los años 70, la primera crisis del petróleo unida al aumento del gasto por la Guerra de Vietnam provocó inflación, mientras que el fin del sistema de Bretton Woods terminó con crecimiento sostenido de la "época dorada del capitalismo".

Parece difícil pensar que en unos meses los precios subirán, esto se podría deber a los planes de estímulo económico, al petróleo (que se espera que suba el año que viene), pero sobre todo debería ser por un aumento de la demanda, en especial del consumo. Los "brotes verdes" (término que utilizó por primera vez Timothy Gheitner) que parecen atisbar por dirigentes políticos pueden ser un simple espejismo fruto, por ejemplo, de la época veraniega. El drama actual no parece ser la estanflación, sino más bien la deflación, que podría empeorar si los políticos ceden a las presiones conservadoras y reducen la cuantía de los planes, o los eliminan. Si esto ocurre, el augurio más repetido por economistas es que la actual crisis se parecerá a la "década perdida" de Japón.

En cuanto al problema de la inflación, si aparece tras la recuperación, ya habrá tiempo de reducirla, es lo único para lo que parece estar preparado el Banco Central Europeo.


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jueves, 9 de julio de 2009

Garoña y el futuro energético

La prórroga de funcionamiento en la central nuclear de Garoña (Burgos) se ha convertido en un tema de discusión política y energética. Repasemos el problema desde el principio:
Inaugurada en 1971, tenía una vida útil estimada de 40 años, por los que su cierre estaría previsto para 2011. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) publicó un informe que aseguraba el funcionamiento de la central hasta 2019, e incluso, en esta fecha podría pedir otro permiso para seguir funcionando diez años más (1). El debate se encuentra en que el Ministerio de Industria ha decidido a principios de julio cerrarla antes de esta fecha, en 2013. Los motivos son que ya ha alcanzado la vida para la que fue fabricada, se encuentra totalmente amortizada, y es necesario alcanzar los objetivos de energías renovables impuestos por la Unión Europea (un 20% de la producción energética).
Ante esta decisión la empresa Nuclenor (poseedora de la central nuclear, y a a su vez pertenece a Endesa e Iberdrola) ha decidido recurrir a los tribunales y es posible que exigiera al gobierno el "lucro cesante" (el beneficio que la central dejaría de obtener por dejar de funcionar). Los argumentos que tiene Nuclenor es que el CSN apoya que siga funcionando, y los del Estado, como se ha indicado más arriba, que ya ha superado su vida útil. Para evitar essto en futuras ocasiones, el gobierno quiere fijar la vida de las centrales por ley.
Aunque el peso en la producción energética total sea escaso, las actuaciones con esta central marcarán si la política del gobierno sigue fiel al compromiso del cambio climático. Ésta es una breve crónica sobre los acontecimientos para aquellos que no estén muy puestos en el tema. Cualquier comentario será bien recibido.


miércoles, 8 de julio de 2009

Dos que acertaron con el futuro

Hay gente que interpreta los acontecimientos de forma distinta a lo que lo hacen los demás, y por ésta razón (o por que tienen suerte) pasan de la nada a ser considerados como profetas económicos. En este post quería referirme a dos personalidades: Paul Krugman y Nouriel Roubini.

Krugman, famoso antes de ganar el premio nobel en 2008 por sus notables aportaciones a la teoría del comercio internacional, se le considera un gurú de la economía porque supo que ocurriría la crisis financiera asiática. En un artículo conocido como "El mito del milagro asiático" criticaba el crecimiento de la economías asiáticas. Cuando un país crece, lo hace porque aumenta los factores productivos (fuerza de trabajo o capital) o porque usa mejor los factores disponibles (esto se conoce como aumento de la productividad total de los factores, PTF). Krugman decía en este artículo que el crecimiento de los "tigres asiáticos"(nombre con el que se les conocía a estos países antes de la crisis financiera) se basaba en el crecimiento de la inversión, es decir, el aumento del capital. Se crecía porque se usaban más máquinas, sin embargo, no se usaban mejor esas máquinas. Sólo el crecimiento de la PTF, fruto de mejoras tecnológicas o de nuevas formas de producción, llevarían a un crecimiento sostenible. Y esto lo dijo en 1994 cuando los "tigres asiáticos" eran el ejemplo de que el capitalismo liberal que las economías desarrolladas habían implantado en ellos, a base de inversión directa, era la manera de sacar a los países de la pobreza. Craso error.

Roubini, menos conocido y menos citado en la prensa actual como Krugman, se hizo relevante cuando dijo que el auge hipotecario derruiría la arquitectura financiera estadounidense. Aunque no fue creído en su momento, incluso ridiculizado, sus previsiones se hicieron realidad. Doctor catástrofe (como es apodado) tenía razón. Opina que la situación actuaAnterior consejero del tesoro de los EEUU y actual profesor de economía de la Stearn School of Business, publica activamente en su página web y en su blog sobre temas de economía internacional y macroeconomía, colgando sus intervenciones en los medios de comunicación. Claro está que muchos otros vaticinaron la crisis actual, pero Roubini adquirió mucho renombre desde entonces.

Mi opinión es que en economía no existen los gurús que atisban el futuro, sino que se trata de personas críticas que no les importa estar en contra de la mayor parte de la opinión, o de alejarse de las visiones influyentes siempre que tengan argumentos para defender su pensamiento.





miércoles, 1 de julio de 2009

Fin y retorno del keynesianismo

Tras la Segunda Guerra mundial se emprendieron políticas encaminadas a estimular la demanda con el aumento del gasto estatal, mediante obra pública para crear empleo, seguros sociales (desempleo, jubilación, etc.), asistencia sanitaria, etc. Este conjunto de medidas es lo que se conoce como el Estado del Bienestar. Supone garantizar unos niveles de vida mínimos a la población para favorecer una mayor redistribución de la riqueza, igualdad de oportunidades, etc. Este aumento del gasto sería financiado a traves de un sistema recaudatorio más progresivo (es decir, pagarían más los que más tienen). EStos principios básicos son la base del keynesianismo, defendidos, como su nombre indica, por J.M. Keynes en su obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.

Pues bien, esta postura económica perduró en los estados desarrollados hasta la Segunda Crisis del Petróleo (1979). A partir de entonces fue necesario el control de la inflación. Reducción de inflación es sinónimo de reducción del gasto público. Se pasó de usar el gasto para reactivar la economía (principio fundamental del keynesianismo) a intentar reducir el papel del estado en la economía. Esta nueva postura era el monetarismo, la economía de oferta, y su representante, Milton Friedman. Esta postura económica viene a señalar que las políticas del estado serían neutrales (no tendrían utilidad en el largo plazo).

Éstas nuevas políticas iban encaminadas a la desregulación financiera, reducción de los déficits públicos privatizando empresas estatales, traspasando gran parte del peso recaudatorio de los impuestos directos (IRPF) a los impuestos indirectos (IVA) a la vez que una reducción en general de impuestos, favoreciendo el ahorro y la inversión... en resumen, buscando el equilibrio macroeconómico, la eficiencia, libre competencia en lugar de el pleno empleo, objetivo de la política keynesiana. Era el fin del keynesianismo y el inicio del monetarismo.
(Imagen: Keynes y Friedman)


En EEUU este giro en la política se llevó a cabo de la mano del presidente Ronald Reagan. Ascendió al poder en 1980. Su política económica liberal era conocida como Reaganomics. El país se encontraba en una situación conocida como estanflación (estancamiento económico combinado con alta inflación). Se implantaron los principios liberales que defendían los monetaristas (también supusieron la reducción del gasto social en desempleados), y tras una breve recesión, la economía se recuperó. En la imagen se puede ver a Reagan explicando su programa económico:
En España este proceso se llevó a cabo con el primer gobierno del Partido Popular (1996). El objetivo de ingreso en la UE requirió congelaciones en los sueldos de los funcionarios, privatizaciones de empresas públicas, etc. Una apuesta por el libre mercado.

Estas medidas han dominado la política económica de los países desarrollados, y de los subdesarrollados, con importantes desregulaciones financieras que permitiesen inversiones procedentes de los países desarrollados, como medida para que estos países alcanzaran el desarrollo. Esto no ha sido así. La globalización financiera ha aumentado el endeudamiento y la dependencia de los países en desarrollo, aunque esto no es problema mientras Estados Unidos no se vea afectado.

La actual crisis ha roto dogmas económicos. Las posturas liberales imperantes han dado de nuevo al keynesianismo. Tal y como dice J.E.Stiglitz, ahora todos somos keynesianos. Cuando el mercado funciona bien, nadie quiere un estado fuerte que te haga pagar impuestos. En caso de que las cosas vayan mal, sí gusta recibir ayudas públicas y subsidios.

Esto podría mostrarnos que la economía sufre unos "ciclos de ideología" (término quizá poco adecuado que acabo de acuñar) dependiendo de la situación económica. Cuando termine la crisis actual tarde o temprano, cuando la sombra de la "Mayor crisis tras la Gran Depresión" desaparezca o se haga difusa, las grandes empresas presionaran a los gobiernos para que se desregulen los mercados, hasta que líderes progresistas reaganómicos apuesten por la liberalización. Al fin y al cabo, así se gana más dinero, qué más se puede pedir. Los economistas más viejos puede que adviertan sobre futuras burbujas basadas en algún activo (¿por qué no puede ocurrir, si se ha dado hasta con los tulipanes?) que serán desoídas, y que probablemente lleven a otra crisis y depresión. El tiempo lo dirá.

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