Garoña y el futuro energético
La prórroga de funcionamiento en la central nuclear de Garoña (Burgos) se ha convertido en un tema de discusión política y energética. Repasemos el problema desde el principio:
Inaugurada en 1971, tenía una vida útil estimada de 40 años, por los que su cierre estaría previsto para 2011. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) publicó un informe que aseguraba el funcionamiento de la central hasta 2019, e incluso, en esta fecha podría pedir otro permiso para seguir funcionando diez años más (1). El debate se encuentra en que el Ministerio de Industria ha decidido a principios de julio cerrarla antes de esta fecha, en 2013. Los motivos son que ya ha alcanzado la vida para la que fue fabricada, se encuentra totalmente amortizada, y es necesario alcanzar los objetivos de energías renovables impuestos por la Unión Europea (un 20% de la producción energética).
Ante esta decisión la empresa Nuclenor (poseedora de la central nuclear, y a a su vez pertenece a Endesa e Iberdrola) ha decidido recurrir a los tribunales y es posible que exigiera al gobierno el "lucro cesante" (el beneficio que la central dejaría de obtener por dejar de funcionar). Los argumentos que tiene Nuclenor es que el CSN apoya que siga funcionando, y los del Estado, como se ha indicado más arriba, que ya ha superado su vida útil. Para evitar essto en futuras ocasiones, el gobierno quiere fijar la vida de las centrales por ley.
Aunque el peso en la producción energética total sea escaso, las actuaciones con esta central marcarán si la política del gobierno sigue fiel al compromiso del cambio climático. Ésta es una breve crónica sobre los acontecimientos para aquellos que no estén muy puestos en el tema. Cualquier comentario será bien recibido.
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