Balance entre macroeconomía y economía financiera (II)
El segundo artículo, basado en la economía financiera, muestra el antes y el después de la Teoría de los Mercados Eficientes, una vez que se ha producido la crisis. Esta teoría es muy conocida dentro de los mercados financieros. Señala que el precio de un activo financiero refleja toda la información disponible en el mercado, por lo que cualquier variación de dichos precios es completamente aleatoria.
Esta hipótesis puede chocar un poco al principio, porque según ella, no se podría obtener cuantiosas sumas invirtiendo en bolsa, ni serían necesarias empresas de gestión de fondos, pues estarían apostando en un juego completamente aleatorio, algo asi como lanzar una moneda al aire. Los precios de los activos no muestran tendencias, sin embargo, las empresas dedicadas a este mundillo se dedican a buscar "cimas" o "crestas" que indiquen que la bolsa va a subir o bajar. Esto se conoce como el análisis técnico.
Varias generaciones de premios nóbeles de economía han dado lugar a los sofisticados modelos matemáticos muy comunes en el análisis de bolsa, fondos, futuros, etc. Por ejemplo, al formar una cartera de acciones se busca minimizar el riesgo intentando contrarrestar las subidas y bajadas de las mismas (los precios de las acciones sean incorrelados, se muevan de forma diferente), de manera que las variaciones del valor de la cartera sea controlable en cierta medida. Con la ingeniería financiera al servicio de los especuladores, y con la seguridad de que se estaban minimizando riesgos, comenzó el espectáculo.
Una muestra del peligro que entrañaba esto se manifestó cuando el Long Term Capital Management (LTCM), un fondo creado por Robert Merton y Myron Scholes (dos premios nóbeles del análisis de los mercados financieros) quebró.
Las realidad no era como la mostraba la hipótesis de los mercados eficientes, y Grossman y Stiglitz mostraron esta paradoja. Decía que si los mercados financieros fueran eficientes y toda la información estuviese reflejada en los precios, nadie tendría intención de adquirir información relacionada con los mismos, u obtener predicciones de la la volatilidad (desviación típica) de las inversiones.
En esta discusión están los defensores de los mercados eficientes (tales como Burton Malkiel), los que buscan soluciones a las fisuras que ésta hipótesis tiene, y otra rama más alejada. Ésta última ha florecido en las últimas décadas, conocida como la Economía del Comportamiento. La investigación de éstos especialistas aplica la psicología para conocer el comportamiento y la supuesta racionalidad de los inversores. Se ha hecho la luz en una habitación oscura. Al parecer los inversores no son tan racionales, y que a menudo se actúan siguiendo una "exhuberancia irracional", y no vendiendo acciones cuando su precio bajan, ya que tienen la poco racional idea de que su precio repuntará. Este nuevo punto de vista ya ha dado también premios nóbeles, como es el caso de George Akerlof.
No sólo son problemas debidos a la racionalidad de los inversores, sino que también tienen su origen en que es necesario un mejor cálculo de riesgos en las inversiones. Una síntesis entre éstos dos puntos de vista se debe a Andrew Lo, del MIT. Se conoce como las Hipótesis de los mercados adaptativos.
Para finalizar me gustaría señalar que la economía financiera se encuentra en un proceso de cambio, y depende de las empresas y de los ciudadanos la delimitación de la barrera, del máximo de control que estén dispuestos a admitir. Aunque siempre estará la tentativa de abandonar la regulación por los jugosos (y peligrosos) beneficios que aporta el liberalismo económico a unos pocos.
Etiquetas: crisis financiera, economía financiera
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